Esta es nuestra fe.Siempre estamos listos para hacer una firme defensa de las escrituras.
POR CUANTO, es el manifiesto propósito de Dios, nuestro Padre Celestial, llamar del mundo un pueblo que ha de constituir el cuerpo o la Iglesia de Jesucristo edificada y establecida sobre el fundamento de los Apóstoles y Profetas, siendo Jesucristo mismo la principal Piedra del Ángulo; y
POR CUANTO, los miembros del cuerpo la Iglesia (Ecclesia) de Jesucristo, están ordenados a reunirse para oración, comunión, consejo, e instrucción de la Palabra de Dios y en la obra del ministerio, y para el ejercicio de aquellos dones y oficios espirituales provistos en el Nuevo Testamento; y
POR CUANTO, es evidente que las primitivas iglesias apostólicas se unieron en tal asociación como un cuerpo representativo de creyentes salvos y llenos del Espíritu Santo, y quienes a su vez, ordenaron y mandaron evangelistas y misioneros, y quienes bajo la dirección del Espíritu Santo pusieron en la Iglesia pastores y maestros; POR CONSIGUIENTE,
RESUÉLVASE, que seamos reconocidos entre nosotros como una fraternidad cooperativa de iglesias de fe, doctrinas y prácticas netamente Pentecostales, y llena del Espíritu Santo; y que nuestro propósito no ha de ser usurpar la autoridad de las varias asambleas locales ni de deprimirlas de sus derechos y privilegios escriturales y locales, sino más bien, reconocer y promover métodos bíblicos y orden para adorar, para la santidad y compañerismo, y para trabajar y oficiar en el servicio de Dios; y a su vez también, desaprobar todo método, doctrina y conducta antibíblica, buscando la unidad del Espíritu en los vínculos de la paz, "hasta que lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado del hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo". Efesios. 4:13.
ARTÍCULO I – NOMBRE
Nuestro nombre será: "Concilio Latinoamericano Internacional de la Iglesia de Dios Pentecostal de Nueva York, Inc."
ARTÍCULO II - NATURALEZA
El Concilio Latinoamericano Internacional de la Iglesia de Dios Pentecostal de Nueva York, Inc. es una fraternidad cooperativa basada en los acuerdos mutuos, voluntariamente aprobados y adoptados en reuniones de negocio de las convenciones anuales, y en reuniones extraordinarias citadas para tales fines.
ARTÍCULO III – PRERROGATIVAS
1 - Para aprobar toda enseñanza, conducta y métodos bíblicos, y para desaprobar toda enseñanza, conducta y métodos antibíblicos.
2 - Para animar y promover la evangelización del mundo.
3 - Para promover una base de comunión entre cristianos de semejante fe.
4 - Para establecer y mantener tales departamentos e instituciones que sean necesarios para la propagación del Evangelio y del trabajo de esta Comunión Pentecostal.
5 - Tener el derecho de poseer y mantener el derecho de posesión, de usar, vender, transportar, hipotecar, arrendar; o de otra manera, deshacerse de las mismas propiedades, sean raíces o muebles, según convenga a los intereses de sus trabajos.
ARTÍCULO IV - PRINCIPIOS
Este Concilio representará tan exactamente como sea posible en detalles, el cuerpo de Cristo como se describe en las Escrituras del Nuevo Testamento, reconociendo los principios inherentes en ese cuerpo, como también inherentes en esta comunión, particularmente los principios de unidad, cooperación e igualdad. Su propósito es mantener condiciones tales que pueda, como una comunión, demostrar en su desarrollo consecuente. Efesios 1:20-23; 4:2-16.
ARTÍCULO V - DOCTRINAS FUNDAMENTALES
La Biblia es nuestra toda-suficiente regla de fe y práctica. Por lo tanto, estas declaraciones de Verdades Fundamentales son tenidas por base de comunión entre nosotros, (a saber hablamos todos en acorde, (1 Cor. 1:10; Hechos 2:42). La fraseología no la tenemos por inspirada, pero las verdades aquí declaradas las tenemos por esenciales para un completo ministerio evangélico. No decimos que nuestra declaración tenga todas las enseñanzas de la Biblia, sólo que cubre nuestras necesidades presentes en cuanto a doctrinas fundamentales.
1 - LA ESCRITURA INSPIRADA
La Biblia (Las Sagradas Escrituras) es la inspirada Palabra de Dios; la revelación de Dios al hombre, infalible regla de fe y conducta, y es superior a la conciencia y a la razón, pero no contraria a la razón. (2 Timoteo 3:15-16; 1 Pedro 2:2).
2 - EL ÚNICO Y VERDADERO DIOS
El único y verdadero Dios se ha revelado así mismo como el eternamente existente por sí sólo, y revelado por sí mismo "YO SOY". Además, se ha revelado como reuniendo los principios de parentesco y unidad, a saber: como Padre, Hijo y Espíritu Santo. (Deut. 6:4 Marcos 12:1-9; Isaías 43:10, 11; Mateo 28:19.
3 - LA TRINIDAD
a) Definición del término.
El término "Trinidad", según se relaciona a la Deidad, a la vez que no se halla en las Escrituras, determina que está en perfecta armonía con las Escrituras Sagradas, por lo cual, bien podemos transmitir a otros nuestro immediato entendimiento de la doctrina de Cristo como existiendo de parte de Dios en distinción de "los muchos dioses y de los muchos señores". Nosotros, entonces, podemos hablar con toda propiedad del Señor como nuestro Dios, el cual es un solo Señor, ya como un Trinidad o como un Ser de las tres personas, y a la vez, estar absolutamente dentro de las Sagradas Escrituras (Ejemplos: Mat.2:6; 8:16, 17; Hechos 15:15-18).
b) Distinción y Parentesco en la Deidad.
Cristo enseñó la distinción de Personas en la Deidad con bien expresados términos de parentesco, como Padre, Hijo y Espíritu Santo; pero que esta distinción y parentesco es insondable e incomprensible, es cierto, porque quedó inexplicado. Luc. 1:35; la. Cor. 1:24; Mat. 11:25-27; 28:19; 2a. Cor. 13:14; la. Juan 1:3, 4.
c) Unidad del único Ser: Padre, Hijo y Espíritu Santo
Por consiguiente, hay en el Hijo aquello que lo constituye Hijo y no Padre; y allí está aquello en el Espíritu Santo que lo constituye Espíritu Santo y no Padre ni Hijo. Por cual motivo, el Padre aparece el Mayor, el Hijo como el Unigénito, y el Espíritu Santo como Uno que procede del Padre y del Hijo. Así que, siendo que estas tres personas en la Deidad están en perfecto estado de unidad, no hay sino un solo y Poderoso Dios, siendo su Nombre uno solo también. Juan 1:18; 15:26; 17:11, 21; Zac. 14:9.
d) Identidad y Cooperación en la Trinidad.
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo nunca son idénticos en cuanto a personas, pues son tres Personas; no son confundidos en cuanto a relación, ni divididos con respecto a la Deidad, ni opuestos en cuanto a la cooperación. El Hijo es en el Padre y el Padre es en el Hijo en cuanto a relación; el Hijo es con el Padre y el Padre es con el Hijo en cuanto a comunión. El Padre no procede del Hijo, pero el Hijo sí procede del Padre en cuanto a autoridad. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo en cuanto a naturaleza, relación cooperación y autoridad. De manera que ninguna de las tres personas de la Divina Trinidad existe ora separada o independientemente de las demás. (Juan 5:17-30, 32, 37).
e) El Nombre Jesús.
"Jesús” es un nombre propio. En el Nuevo Testamento nunca es aplicado ni al Padre ni al Espíritu Santo, y por consiguiente, pertenece exclusivamente al Hijo de Dios. Romanos 1:3, 7; 2a. Juan 3) y lo identifica con su obra salvadora. (Mateo 1:21; Luc. 2:21).
Títulos del Señor Jesu-Cristo
1 - EL VERBO (actividad y expresión). El título Verbo identifica a Cristo como la expresión y voz del Padre. Por medio de Cristo, Dios lleva a cabo su voluntad activamente.
2 - SEÑOR. El título Señor nos revela la magnífica soberanía, deidad y exaltación de Cristo. Para los judíos, el título Señor (en Griego (Kurios)), según la traducción del Antiguo Testamento, significaba, Jehová. De esta manera, el título Señor lo identificaba como Dios.
3 - CRISTO. Esta es la traducción griega de la palabra hebrea "Mesías", que significa literalmente "El Ungido". Este título le da el derecho al trono como el Rey Ungido por Jehová para predicar y establecer el reino de Dios, en el cual él será Rey de Reyes y Señor de Señores.
4 - HIJO DE DIOS. Este título proclama la deidad de Cristo y su relación al Padre en un sentido de Filiación única. Los salvados somos llamados “Hijos de Dios” en el sentido de adopción, mas Cristo es llamado Hijo de Dios en el sentido particular de este término, como uno que goza de una Filiación única y absoluta.
5 - HIJO DEL HOMBRE. Según el idioma hebreo, el término "Hijo", denota participación y relación. Luc. 20:36. (Compare el término "Hijos del Reino Mat. 18:2; hijos de la resurrección etc.) Este título lo identifica como un participante de la naturaleza del hombre, y por consiguiente, sujeto a las mismas tentaciones humanas, aunque sin pecado.
6 - HIJO DE DAVID. El título Hijo de David lo identifica como el Heredero del trono de David y restaurador de la nación de Israel. Esta promesa calentaba los ánimos del pueblo durante sus cautiverios y ruinas nacionales, mirando y saludando la promesa de Dios, cuando vendría a ellos un Rey prometido por Dios, el cual sería Hijo y Señor de David.
f) Jesucristo: Dios con Nosotros.
Jesucristo, en cuanto a su naturaleza divina y eterna, es el Unigénito del Padre; pero en cuanto a su naturaleza humana, es Hijo legítimo del hombre. Desde luego, El es reconocido como Dios y hombre, y quien, por cuanto es Dios y hombre, es "Emmanuel"; Dios con nosotros. (Mateo 1:23; 1a. Juan 4:2, 10, l4; Apocalipsis 1:13, 17).
g) Perversión de la Doctrina de Cristo.
Es una perversión de la doctrina de Cristo decir que Jesucristo obtuvo el título de “Hijo de Dios” simplemente del hecho de la encarnación o por su relación a la economía de redención. De manera que, negar que el Padre es real y Padre eterno, y negar que el Hijo es real e Hijo eterno, es una negación de distinción y relación en la Trinidad de Dios; y al mismo tiempo, negar al Padre y al Hijo, es destruir la verdad de que Jesucristo es venido en carne. (Juan 1:1, 2, 14, 18, 29, 49; 8:57, 58; 1 Juan 2:22, 23; 4:1-5; Hebreos 12:2).
h) Exaltación de Jesucristo como Señor.
El Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, habiendo hecho por sí mismo la purgación de nuestros pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas; y habiendo sido sujetos a El los ángeles, potestades y principados; y habiendo sido hecho ambas cosas Señor y Cristo, envió al Espíritu Santo, para que nosotros, en el nombre de Jesús, nos arrodillemos y confesemos que Jesucristo es Señor a la gloria de Dios el Padre, hasta el fin, cuando el Hijo se sujetará al Padre para que Dios sea el todo y en todos. Hebreos 1:3; 1 Pedro 3:22; Hechos 2:32-36; Romanos 14:11; 1 Cor. 15:24-28; Efesios 1:19-23.
i) Igual Honor al Padre y al Hijo.
Puesto que el Padre ha entregado todo juicio al Hijo, no solamente es el deber expreso de todos los que están en los cielos y en la tierra arrodillarse sino que hay un gozo inexplicable en el Espíritu Santo atribuir al Hijo todos los atributos de la Deidad y dar a Él todo el honor y la gloria contenidos en todos los nombres y títulos de la Deidad (exceptuando aquellos que expresan relación). Véanse los párrafos b, c, y d; y así honramos al Hijo y al Padre al mismo tiempo. Juan 5:22; 1 Pedro 1:8; Revelación 5:6-16; Filipenses 2:8-9; Revelación 7:9-10; 4:8-11.
4 - EL HOMBRE, SU CAÍDA Y SU REDENCIÓN.
El hombre fue creado bueno y recto; pues dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza". Pero el hombre, por su transgresión voluntaria cayó, y su única esperanza de redención está en Jesucristo, el Hijo de Dios. Génesis 1:26-31; 3:1-7; Romanos 5:12-21.
5 - LA SALVACION DEL HOMBRE.
a) Condiciones para la Salvación.
La gracia de Dios, que trae salvación, ha sido manifestada a todos los hombres por la predicación del arrepentimiento hacia Dios y fe en el Señor Jesucristo. El hombre es salvo por el lavacro de regeneración y renovación del Espíritu Santo, y siendo justificado por gracia, por medio de la fe, viene a ser heredero de Dios según la esperanza de la vida eterna. Tito 2:11; Romanos 10:13-15, Lucas 24:47; Tito 3:5-7.
b) Las Evidencias de la Salvación.
La evidencia interna de salvación en el creyente es el testimonio directo del Espíritu Santo (Romanos 8:16). La evidencia para todos los hombres es una vida de rectitud y frutos de santidad.
6 - EL BAUTISMO EN AGUA.
La ordenanza del Bautismo en agua por inmersión, como un entierro con Cristo, debe observarse como se manda en las Sagradas Escrituras, por todos los que realmente se han arrepentido, y en sus corazones verdaderamente han aceptado a Cristo como su Salvador y Señor. Haciendo así, ellos han lavado el cuerpo en agua pura, como símbolo de purificación interna. Así ellos declaran al mundo que han muerto con Jesús y que también han sido levantados con El para andar en novedad de vida. Mateo 28:19; Hechos 10:47-48; Romanos 6:4; Hebr. 10:22.
7 - LA CENA DEL SENOR.
La Cena del Señor, consistente de los elementos de pan sin levadura y el fruto puro de la vid, es símbolo que expresa nuestra participación de la divina naturaleza de nuestro Señor Jesucristo (2 Pedro 1:4), un recuerdo de su pasión y muerte (1 Corintios 11:26), y una profecía de su segunda venida (1 Cor. 11:26); y está ordenada a todos los creyentes "hasta que El venga".
8 - LA PROMESA DEL PADRE.
Todos los creyentes tienen derecho a la Promesa del Padre, que es el Bautismo en el Espíritu Santo y Fuego, según el mandamiento de nuestro Señor Jesucristo. Todos deben buscarlo ansiosamente y ardientemente esperarlo. Ésta fue la experiencia normal de todos en la primitiva Iglesia Cristiana. Con ésta viene la investidura de poder para vivir y para servir, y los dones del Espíritu Santo y sus operaciones en la Obra del Ministerio. (Lucas 24:49; Hechos 1:4-8; 1 Corintios 12:1-31). Esta experiencia maravillosa es distinta y subsecuente a la experiencia del nuevo nacimiento. Hechos 10:44-46; 11:14-16; 15:7-9.
9 - LA EVIDENCIA DEL BAUTISMO EN EL ESPIRITU SANTO.
El bautismo en el Espíritu Santo es evidenciado en los creyentes por la señal inicial y física de hablar en otras lenguas, como el Espíritu de Dios les da que hablen (Hechos 2:4). El hablar en lenguas en esta referencia es lo mismo, en esencia, que el don de lenguas (1 Cor. 12:4-10, 28), pero diferente en propósito y uso.
10 - ENTERA SANTIFICACION
Las Sagradas Escrituras enseñan una vida de santidad "sin la cual nadie verá al Señor". Por la virtud del Espíritu Santo somos capacitados para obedecer el mandamiento: "Sed santos porque yo Soy Santo". La entera santificación es la voluntad de Dios para todos los creyentes, y debe ser diligentemente practicada mediante la obediencia a la Palabra de Dios. Heb.12:14; l Pedro 1:15-16; l Tesalonicenses 4:3; 5:23-24; 1 Juan 2:6.
11 - LA IGLESIA.
La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, la habitación de Dios por medio del Espíritu Santo, y divinamente señalada para el cumplimiento de Su Gran Comisión. Cada convertido nacido del Espíritu Santo es parte integrante de la asamblea general e iglesia de los primogénitos, cuyos nombres están escritos en los cielos. Efesios 1:22-23; 2:22; Hebreos 12:23.
12 - EL MINISTERIO Y LA EVANGELIZACION.
Creemos en un ministerio divinamente llamado y bíblicamente ordenado, que ha sido provisto por nuestro Señor Jesucristo para un doble propósito: (1) La evangelización del mundo. (2) Para edificación del cuerpo de Cristo. (Marcos 16:15-20; Efesios 4:11-13).
13 - EL DIEZMO--SOSTENIMIENTO DEL MINISTERIO.
a) El obrero es digno de su salario (Mateo10:10).
b) Nuestros ministros recibirán su sostenimiento por medio de los diezmos y de las ofrendas de las iglesias locales. (Cada iglesia debe sostener su propio pastor hasta donde le sea posible).
c) Toda persona que sea aceptada como miembro quedará comprometido a cumplir sus deberes religiosos y financieros.
d) Es deber sagrado aceptar el plan que Dios ha tenido desde el principio para el sostenimiento del ministerio. Lo que dicen las Escrituras: Abraham dió el diezmo (Gén. 14:20; 28:22); la ley demanda un diezmo (Levítico 27:30; Número 18:21-26); los que no pagaban sus diezmos a Dios eran considerados como ladrones (Malaquías 3:7-10); Así también ordenó el Se or a los que anuncian el Evangelio, que vivan del Evangelio (la Cor. 9:7-14). El deber del cristiano es traer regularmente a la casa de Jehová sus diezmos, según Dios le haya prosperado.
e) Todos los obreros e iglesisas pagarán sus diezmos al concilio, practicando así lo que predican.
f) Los diezmos serán usados únicamente para el sostenimiento de la obra y la propagación del Evangelio, y no usados para otros fines ilícitos.
14 - SANIDAD DIVINA.
La liberación de las enfermedades está provista en el Sacrificio Expiatorio, y es el privilegio de todos los creyentes. "¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo y el Señor lo levantará..." (Santiago 5:14-15; Isaías 53:4-5; Marcos 16:17-18).
15 - LA VENIDA PREMILENARIA E INMINENTE DE CRISTO
Nosotros creemos en la premilenial e inminente venida de Cristo para reunir a su pueblo con Él. Ésta es la resurrección de los que han dormido en Cristo y su traslado juntamente con los que viven, para encontrarse con su Señor en el aire (1 Tes. 4:16-17; Rom. 8:23; 1 Cor. 15:51-52). Sea notorio que después de esto habrá un período de tiempo como de siete años, llamado la Gran Tribulación, cuando el Anticristo será revelado; y terminará con la batalla de Armagedón y la revelación de Cristo con sus ángeles en llama de fuego y con sus santos (la Iglesia), para ejecutar juicio sobre la tierra. 2 Tes. 1:7; Tito 2:3; Zacarías 14:19; Judas 14:15.
16 - EL REINO MILENARIO DE CRISTO.
La Revelación de Jesucristo del cielo, la salvación de Israel como nación, y el reino milenario de Cristo en la tierra, es la promesa bíblica de Dios para el mundo. 2 Tes. 1:7; Apoc. 19:11-14; 20:1-7.
17 - EL LAGO DE FUEGO.
El diablo y sus ángeles, la bestia y el falso profeta, y todos los que no están escritos en el Libro de la Vida, serán condenados a eterno castigo en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. Apoc. 19:20; 20:10-15.
18 - EL CIELO NUEVO Y LA TIERRA NUEVA.
Nosotros, conforme a su promesa, esperamos Cielos Nuevos y Tierra Nueva en los cuales mora la justicia. 2 Pedro 3:13; Apoc. 21:22.